La Guayana Francesa siguió siendo una colonia francesa hasta el 19 de marzo de 1946, cuando obtuvo el estatus de departamento de ultramar. Al igual que Reunión, Guadalupe y Martinica, la Guayana Francesa se convirtió en un departamento francés de ultramar en 1946. Sin embargo, el despegue económico fue difícil debido a los altos costes de producción, la escasa población, la dependencia comercial (importaciones) de Francia y la flagrante falta de las infraestructuras más básicas: carreteras, escuelas, sistema sanitario, etc.